Judiciales y policiales
Lo atraparon en Santiago

Capturaron a un delincuente colombiano que era buscado por Estados Unidos por atacar a dos militares de ese país

Se trata de Pedro Silva Ochoa, alias “Tato”.

Pedro José Silva Ochoa es el nombre de un peligroso delincuente de origen colombiano que fue detenido por uniformados chilenos en respuesta a una solicitud de las autoridades estadounidenses que llevaban años tras su pista, por estar vinculado en un crimen cometido en Bogotá contra dos de sus ciudadanos, más precisamente dos agregados militares que fueron drogados, secuestrados y robados durante una noche de fiesta en el exclusivo sector de la capital colombiana conocido como la “Zona Rosa”.

Silva Ochoa, mejor conocido con el alias de “Tato”, se encontraba prófugo de la justicia colombiana y estadounidense, tras ser identificado y vinculado a un proceso como parte de una agrupación criminal denominada “los Tomaseros”, responsables de una serie de crímenes, de la cual el ahora detenido era parte vital en la comisión de sus fechorías.

De acuerdo con la información de las autoridades, la captura de Silva Ochoa, quien ahora residía en la ciudad de Santiago de Chile, donde pretendía rehacer su vida trabajando como conductor de servicios de transporte a través de plataformas móviles, se logró gracias a la detección de una llamada realizada por el delincuente a sus familiares en Colombia.

En Colombia, Tato era uno de los eslabones claves en la organización que operaba en el norte de Bogotá, y que se dedicaba al hurto, tras identificar a sus víctimas en reconocidas discotecas de la capital colombiana, a quienes suministraban droga camuflada en trago, para posteriormente secuestrarlos y, a bordo de un vehículo, adelantar el llamado paseo millonario, desocupando cuentas bancarias, para posteriormente abandonarlos en zonas periféricas, en escenarios que incluso, en algunos casos, suponían la muerte de los afectados.

Precisamente, Silva Ochoa era uno de los hombres encargados de recoger en las discotecas a las víctimas, para adelantar los ‘paseos millonarios’. En medio de esa actividad, se vio envuelto en el crimen en contra de dos agregados militares de la Embajada de Estados Unidos, quienes fueron víctimas de esa modalidad de robo.

Si bien la justicia colombiana tenía conocimiento de los casos de robo, y el modus operandi de esa agrupación criminal, pese a la existencia de delitos con gran eco mediático, no habían emprendido acciones efectivas en su contra. Fue solo hasta que se perpetró el robo contra los estadounidenses que el caso tomó la visibilidad requerida.

En medio de las investigaciones en contra de los Tomaseros, las autoridades pudieron identificar que estos empleaban una droga conocida como clonazepam para hacer que sus víctimas perdieran “la voluntad”, y efectuar el robo ya descrito.

Si bien las autoridades habían podido adelantar en Colombia parte de las capturas relacionadas con esa organización criminal, aún estaban en deuda de lograr la judicialización de Silva Ochoa, quien también era conocido como ‘el tío’, y a quien los mismos secuaces describieron como el encargado de manejar el vehículo en que se adelantaron los peligrosos robos.

Silva se encontraba prófugo desde hace cerca de dos años. Al momento de su captura, las autoridades refirieron que había intentado ocultar su identidad, no solo empleando un nombre y documentación falsa, sino también intentando modificar su fisonomía al haber cambiado de look y haber bajado significativamente de peso.

Tras su captura, lograda a mediados del pasado mes de agosto, ‘Tato’ se une al grupo de delincuentes adscritos a la banda ‘los Tomaseros’, que actualmente se encuentran privados de la libertad en Colombia, y sobre quienes actualmente pesa una solicitud de extradición por parte de la justicia de Estados Unidos, para que puedan comparecer ante los tribunales de ese país por los delitos antes señalados; lo anterior, sin que en nuestro país no pese en contra de ellos penas relacionadas con delitos como hurto e incluso asesinato, referido a la muerte de algunas de sus víctimas, incluida la joven Yuddith Alexandra Anaya Pacheco.

Sobre la llegada de ‘Tato’ a Chile, la información recabada por medios nacionales da cuenta de que las autoridades sospechan que su ingreso al país austral se dio en 2021, a través de un paso ilegal en la frontera norte del país, y que posteriormente se radicó en una zona de estrato medio en Santiago de Chile.

En medio de la ‘cacería’ que habían emprendido las autoridades estadounidenses y colombianas para dar con la captura de Silva Ochoa, este contaba con circulares roja y azul de Interpol, lo que permitió su identificación y captura por parte de los Carabineros de Chile, luego de que el FBI rastreara una de las llamadas que desde el extranjero realizó a su familia.

Tras su detención, Silva Ochoa permanece encerrado en Santiago de Chile, a la espera de la orden de extradición con destino a Estados Unidos, un trámite que ahora cumple una prueba contra reloj de 60 días, y que se enfrenta también a un pedido de su defensa para que este pueda ser enviado a nuestro país.

Actualmente, el proceso en contra de Tato ha presentado algunos retrasos referidos a la no llegada de documentación requerida, lo que ha impedido que se lleven a cabo las debidas audiencias.

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