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Contradicciones y mentiras

El cambio de Boric: ¿madurez o traición a sus ideales?

El presidente Gabriel Boric llegó al poder con la promesa de transformar el modelo neoliberal pero, según propios y ajenos, se fue volcando a una postura más socialdemócrata.

El presidente Gabriel Boric, quien llegó al poder en Chile con la promesa de transformar el modelo neoliberal y realizar reformas profundas, enfrenta críticas por su aparente cambio de postura política. Originalmente, Boric se presentó como un candidato de extrema izquierda con intenciones de refundar el país. Sin embargo, una vez en el poder, ha adoptado una posición más moderada, pareciéndose más a un socialdemócrata. Este cambio ha generado sospechas y descontento tanto entre sus aliados como en la oposición.

Promesas de campaña vs. Realidad de Gobierno

En campaña, Boric prometió desmantelar el modelo neoliberal en Chile, una postura que resonó con muchos de sus seguidores de izquierda. Sin embargo, su gobierno ha tomado medidas que sugieren una alineación más cercana a la socialdemocracia tradicional.

Boric intentó inicialmente impulsar políticas como la oposición a la ratificación del TPP-11, la reforma del sistema privado de pensiones y una ambiciosa reforma tributaria. Estas medidas reflejan su compromiso con sus promesas de campaña, pero también enfrentaron una dura oposición y cuestionamientos sobre su viabilidad.

El presidente se ha visto obligado a adaptarse a la realidad del gobierno, que implica compromisos y negociaciones. Sin embargo, la naturaleza radical de sus cambios ha generado desconfianza. La crítica principal es que Boric, en lugar de evolucionar sus posturas de manera transparente, ha caído en contradicciones y mentiras evidentes, como su reciente negación de haber apoyado la imagen del "perro matapacos" una figura emblemática durante las protestas en Chile.

Impacto en la credibilidad y gobernabilidad

La percepción de que Boric ha mentido descaradamente debilita su posición frente a la oposición y sus propios aliados. Esta falta de credibilidad puede dificultar la construcción de consensos necesarios para avanzar en las reformas.

La base de apoyo más dura de Boric, que esperaba un cambio radical, puede sentirse traicionada. Al mismo tiempo, su intento de acercarse a una postura más moderada no garantiza la confianza de los sectores más centristas y conservadores.

Dilemas y futuro político

Boric enfrenta un dilema crucial: si continúa con su conversión hacia la socialdemocracia, arriesga alienar a sus bases más radicales sin necesariamente ganar la confianza de los moderados. Por otro lado, si regresa a sus posturas más radicales, podría ser percibido como un oportunista inconsistente, perdiendo el poco apoyo que ha logrado obtener en sectores más amplios.

La situación de Boric ilustra los desafíos que enfrentan los políticos que prometen cambios radicales pero luego deben lidiar con las complejidades del gobierno. La exposición de contradicciones y mentiras puede erosionar significativamente la confianza pública, complicando la capacidad de gobernar efectivamente.

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